martes, 20 de agosto de 2013

Amiga mía


Amiga, tú siempre estás
cuidándome los sueños como un ángel guardián
para que no despierte por la noche y tenga miedo.
Te quiero decir te amo.
Amiga, tú eres mi compañera de vida
y caminando juntas de la mano
puedo sentir que mi alma encadenada
grita libre por primera vez.
¡Qué alegría siento en el alma poder decirte amiga!
¡Qué alegría regalarme sonrisas 
y que yo te regale las mías!
Nunca me faltes,
nunca te sueltes de mi mano
porque sin ti no sé cómo seguir 
en la oscuridad profunda de mi alma.
Tú, querida amiga, eres el faro que ilumina mis días y 
mis noches.
Y por siempre te amaré
y por siempre te dedicaré canciones
para que no te olvides
de mí.
Acá, allá, en donde quiera que esté
siempre te cuidaré
para que no te falte el aire
y siempre soñaré contigo
hasta el último día de mi vida.
Gracias amiga, 
ángel del cielo eterno por
ser mi aliada y luchar conmigo 
contra a lo que nos tiene atadas 
en esta profunda soledad 
del alma.
Quédate a mi lado y déjame ser la que seca 
las lagrimas de tu triste corazón.
Juntas caminaremos por siempre, 
atadas con este hilo rojo del destino
y así contemplaremos
el cielo y las estrellas que esta noche brillan 
sólo por nosotras.

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