Del pasado suena una triste melodía en un piano desafinado. Dios está llorando e inunda con sus lagrimas toda la creación. ¿O acaso se escuchan las lagrimas mudas de mi alma rota en mil pedazos que llora desenfrenadamente en un rincón del universo? Ya no puedo escuchar el canto de los pájaros de primavera. No recuerdo la melodía de su canción, cuando cada mañana venían a mi ventana para darme el beso de los buenos días. Sigue sonando esa misma triste melodía en el piano todas las mañanas de mi vida. Pero.. de repente recuerdo que no tengo piano. Es Dios el que está tocando para mí. Quizá quiera recordarme que los sueños son burbujas que vuelan tan alto que alcanzan el cielo hasta desaparecerse y volver a renacer de sus cenizas. No, no hablo de las burbujas. Hablo de los sueños. Esos sueños rotos, quebrados, que cada mañana tocan la puerta de mi casa para regalarme falsas ilusiones y cada noche se esconden detrás de las cortinas observándome, vigilándome, hasta que mi llanto borre la luz de la luna. Despues sí, se van. Se escapan por la ventana como los ladrones para seguir en busca de otras almas infelices para torturar..
No hay comentarios.:
Publicar un comentario