lunes, 10 de agosto de 2015

Al otro lado del miedo

   



   «Sé que me esperarás al otro lado del miedo con tu sonrisa que alumbra la oscuridad más profunda de una noche de invierno. Lucharé contra viento y marea para ir a buscarte a tierras lejanas si hace falta. Preguntaré por tus ojos que desbordan cielo, pedacitos de astros desembocados en el universo. Mojaré mis labios con el rocío de tus lágrimas para tocar tu eternidad con mis dedos. Derramaré los besos guardados que tengo para ti sobre un lago de aguas cristalinas hasta encontrarte, alma mía, para luego llenar tus labios rojizos con la pasión de tantas noches perdidas..»
   La mujer cerró de forma repentina el libro y se echó a llorar. Estaba sentada en un banco de madera, perdida en algún sendero del Parque del Retiro. Era otoño y las hojas de los árboles, caídos ya en los suelos, terminaban su ciclo de vida al separarse de las ramas desnudas y frías. El paisaje se vestía de las primeras tonalidades del otoño y la tierra mojada olía a lluvia recién caída. La luz del sol traspasaba las ramas de los árboles y hacía brillar las pocas hojas que aún quedaban dispersas en sus ramas. El viento del otoño las removía y ellas giraban al ritmo de su música.
   A unos metros lejos de ella, un grupo de chavales con sus guitarras, de alrededor de veinte años de edad, tocaban la canción «Stand by me». La melodía de su música le trajo muchos recuerdos de una época lejana, en que ella era feliz. En la actualidad, era una mujer casada con dos hijos, una ama de casa implacable y una amiga excepcional que daba los mejores consejos del mundo. Su marido siempre llegaba tarde a casa y ella lo recibía con un plato de comida recién hecha. Sus hijos, apenas llegaban a casa, después del cole, se encerraban en sus habitaciones o se ponían a mirar la tele hasta tarde. A ella nadie la escuchaba, nadie la consolaba. Ni siquiera sus amigas.
   Se casó a los dieciocho años y no justamente por amor. Sus padres la abandonaron desde muy pequeña y la tuvo que criar una viuda pobre. Cuando ella se hizo mayor de edad, la viuda la casó con un hombre de treinta años porque con la pensión que cobraba no llegaba a fin de mes y no podía seguir manteniéndola. Ella no dijo nada. Solamente bajó la cabeza y obedeció a la mujer que había quedado despierta tantas noches a su lado cuando ella estaba volando de fiebre.
   La mujer, que aún permanecía sentada en ese banco de madera, empezó a secar las lágrimas que recorrían por sus mejillas pálidas al recordar al gran amor de su vida. Era un hombre un poco mayor que ella. Tenía el pelo castaño oscuro y la piel blanca. Sus ojos tenían la serenidad de una tarde de verano, cuando la luz del día va muriendo poco a poco. Lo conoció antes de casarse, cuando ya era una adolescente. Él fue su primer y único amor en la vida.
   Tras dos décadas de casados, ella seguía pensando en aquel hombre que se había apoderado de sus sentimientos y todo el amor que sentía por él crecía día tras día. Lo veía casi todos los días ya que eran vecinos. Él también estaba casado y tenía un hijo de cinco años. Eran amigos, amantes y cómplices en todo. La pasión que sentía el uno para el otro era desenfrenada pero, afortunadamente para ellos, nadie se había dado cuenta de su relación extramatrimonial. Después de menos de veinte años el destino los había vuelto a juntar. Ya habían superado la prueba que les había puesto la vida y ambos estaban seguros de que ella les estaba dando una segunda oportunidad.
   Sin embargo, su felicidad duró un poco más de dos años. Una mañana lluviosa de abril, cuando estaban solos en casa, después de haber hecho el amor apasionadamente, empezaron a discutir. Él le propuso que se fueran lejos y que comenzaran una vida juntos. Ella, aunque quería con todas sus fuerzas, le decía que no estaba dispuesta a dejar su marido y sus dos hijos para irse lejos con él. Él trataba de convencerla pero su postura era intransigente. El hombre viendo que no podía hacer más nada, le dio un beso en la frente y se fue. Pocas horas después, la mujer se enteró de que él se había ahorcado con una soga de esparto y que antes le había escrito una carta que decía: «Cada vez que te veía con tu marido se me desangraba el alma. No soportaba la idea de compartirte. Yo quería que fueras mía, solamente mía. Te esperaré al otro lado del miedo. Te amo».
   Algunas hojas rojas y amarillas, que habían caído del árbol, se posaron sobre sus cabellos pero ella, quieta, repetía mentalmente la frase que le había escrito el hombre en la carta: «Te esperaré al otro lado del miedo». Mientras la repetía, miraba el cielo y sonreía. Por primera vez tenía que hacer algo por el amor de su vida. Necesitaba valor para ello pero estaba segura de lo que tenía que hacer. Hace dos meses que su vida no tenía sentido, hace dos meses que estaba muerta por dentro. «Total, nadie se va a preocupar por mí, nadie me va a echar de menos..», decía en voz alta. Se paró y comenzó a caminar con una sonrisa deslumbrante diciendo: «Pues, allá vamos, al otro lado del miedo..».



FIN.

domingo, 22 de febrero de 2015

La lluvia



Estoy aquí en la oscura habitación.
Solo el fuego de la chimenea encendida está iluminándome la cara.
Casi no veo nada pero no importa.
Afuera está lloviendo y yo me quedo en silencio 
escuchando cómo las gotas caen sobre la tierra haciendo sonar un sonido monótono.
Es el sonido de la lluvia que dice constantemente solo dos palabras;
te amo, te amo, te amo..

El fuego va apagándose poco a poco.
Ya queda poca luz en esta habitación y yo sin moverme miro a estas cuatro paredes
que me abrazan con las soledades de la gente. 
Las miro y me acuerdo de vos. No, mentira.
Para acordarme de vos tendría que haberte olvidado 
aunque sea por un instante pero no puedo.
No, es imposible. 
Siempre estás aquí, tan ausentemente presente.
La lluvia me susurra al oído esas dos palabras;
te amo, te amo, te amo..

Ya se apagó la luz. 
Ya la oscuridad se apoderó de mi triste ausencia.
Ya no queda nada.
Solo vos recordándome continuamente que te ame.
Sí, que te ame.
Y aquí estoy; amándote con todas las fuerzas que me quedan.
Sigo por vos. Voy. 
Espérame que ya estoy llegando.
Voy con la ilusión de mirarte a los ojos y decirte dos palabras;
te amo.

jueves, 8 de mayo de 2014

Frases románticas en fotos

Acá les dejo varias fotos con frases mías, pueden compartirlas si quieren. Espero que les gusten!












martes, 18 de febrero de 2014

Una historia triste de dos almas gemelas

          


          Fue el reflejo de un amor puro de dos almas gemelas que vinieron a este mundo lleno de imperfecciones para dar una nota de color y frescura. Impacientes pero tolerantes a la vez. Sabían que se iban a reencontrar, después de tantos años, siglos, milenios. Se reconocieron enseguida, aunque bajo otros nombres y apariencias. No se olvidaron de las promesas que se habían dado en otras vidas. Simplemente se miraron a los ojos y vieron el reflejo de sus almas. Lo sabían, lo sentían. Eran amantes, novios, amigos.. eran todo, o simplemente eran almas gemelas unidas por un hilo invisible.. No dijeron nada, no hacía falta. Bastaba con lo que sentía el uno por el otro. Sus miradas hablaron por ellos, sus corazones cantaban himnos de amor. Sin embargo, los dos siguieron con sus vidas. Cada uno tomó su rumbo. Con un dolor inmenso se despidieron. Sabían que en otra vida iban a tener la oportunidad de estar juntos de nuevo. Ahora no. El miedo y la incertidumbre vencieron al amor. Ahora eran dos desconocidos caminando por la calle con el corazón vacío. No se volvieron a ver nunca más. Al menos en esta vida.. Nadie les había enseñado que el amor era lo más valioso en esta vida. Nadie les había dicho que hay que luchar por el amor verdadero. Ahora eran dos almas infelices esperando siglos y siglos para volverse a encontrar.. 
Su amor permanecería para siempre en el tiempo..

-FIN-



viernes, 18 de octubre de 2013

Una carta de amor


                                                                    

       Nunca pensé que iba a amarte tanto. De la nada te convertiste en todo mi mundo, en mi vida. Apareciste para salvarme de este infierno, apareciste para enseñarme a volar y me prestaste tus alas por un ratito. Fue suficiente para darme cuenta de que vos, solamente vos sos el amor de mi vida y nadie más. Fue suficiente para entender de que la vida vale la pena y que se puede ser feliz.. Claro, si estoy a tu lado. Si no, no me importa. Me di cuenta de que nada tiene sentido si no estoy con vos. Todo es absurdo, mi vida es absurda. Pero te agradezco por haberme llenado de felicidad, te agradezco tanto.. De vos estoy sacando fuerzas, de vos estoy sacando toda esa magia que me hace seguir adelante, que me hace luchar, que me hace vivir aunque me cuesta mucho. Me cuesta porque ya no tolero tu ausencia. Me es insoportable. Te tengo tan presente que a veces pienso en que estás conmigo.. Cuando por ejemplo veo una pelicula, siento tu presencia. Sí, siento que estás sentado a mi lado y que la vemos juntos como en mis sueños. Te acordás? Cómo puede ser que tu recuerdo me torture tanto si en algún momento de mi vida me hizo tan feliz? Qué ironía. No sé qué va a pasar, no sé si vas a volver conmigo. Pero de una cosa estoy segura..que te voy a amar para toda la vida porque vos fuiste mi único amor. Mi único verdadero amor. Vos sacaste lo mejor de mí. Vos..tan ausentemente presente. Siento que si no es con vos, no será con nadie. Ya sé que es una frase hecha pero es la verdad. Esta es mi única verdad, si querés la tomás. No voy a insistir ni voy a impedir que te vayas lejos. Te dejé ir ese día.. Te acordás? Cuando te fuiste con la otra. Porque para mí lo único que importa es que vos seas feliz con quien quieras. El resto no importa. Solo vos..

sábado, 14 de septiembre de 2013

Ser humano: Especie en peligro de extinción

                                                                        

        Hace unos días fui al banco a hacer unos trámites. Mientras estaba esperando mi turno me senté en una silla porque había mucha gente. Después de un rato vino una señora y se sentó a mi lado. Me miró a los ojos y me dijo con una sonrisa "¡Buenos días!". De repente sentí algo inexplicable dentro de mí. Es la primera vez después de tantos años que escucho un "buenos días" que salga directamente del corazón. Me había olvidado de esa sensación hermosa que te generan tan solo dos palabras, claro cuando las pronuncias desde lo más profundo de tu ser. Me hundí en mis pensamientos. ¿Cuándo fue la última vez que escuché un saludo tan cálido de una persona? Claro que muchas veces la gente me saludaba por la calle pero nunca sentía lo que decía. Siempre con esa sonrisa hipócrita preguntándome cómo estoy, no para saber si estoy bien, eso era lo que menos importaba.. ¿En qué momento dejamos de ser humanos? ¿En qué momento nos dejamos de preocupar por el prójimo? Lo único que ya nos diferencia de los animales es que nosotros podemos hablar.. ¡Ah cierto que algunos animales también!..

Un desconocido

                                                                       

-Detrás de una flor se esconde el amor. Lo mismo pasa con un viejo libro de literatura o con el cielo, el sol.. con todo! Todo es parte del amor, detrás de todas las cosas se esconde únicamente el amor. Me dijo un desconocido.
-Pero ¿qué es el amor entonces? ¿Usted me puede explicar? ¿Por qué se esconde detrás de las cosas? Le pregunté amablemente.
Él me miro con una sonrisa muy linda, en sus ojos pude ver claramente toda la verdad que estaba buscando. 
-¿Todavía no te diste cuenta? Amor es Dios. Él está detrás de todo y adentro de todos.. escondido en silencio, esperando con paciencia todo el tiempo que sea necesario para poder descubrirlo al final. Él siempre nos espera con los brazos abiertos y con el amor que siente una criatura. Nos espera a que volvamos a Él, porque tarde o temprano vamos a volver..
Mientras escuchaba a este señor contemplaba el mar, el cielo, las nubes, los pájaros.. Tratando de entender.. Cuando giré la cabeza para agradecerle, él no estaba. Se había ido. En su lugar estaba una paloma blanca mirándome fijamente a los ojos. Después se fue, voló lejos. Nunca voy a olvidar su mirada..